4 ideas sencillas para atreverte (por fin) a llevar corbata en 2025

Ni charms ni bolsos con cinturón: el complemento que no vimos venir y que se ha colado con fuerza en la primavera-verano 2025 es la corbata. El corporativismo que ha traído consigo el retorno de la estética ochentera ha supuesto también la vuelta del uniforme de yuppie, con todo lo que eso conlleva. Saint Laurent fue una de las firmas que más apostó por el traje de sastre acompañado por un trench, hombreras de quarterback y corbata de padre.

Sin embargo, a este accesorio se le puede sacar mucho más partido que el clásico estilo de oficina. La semana de la moda de Londres ha resultado de lo más refrescante en términos de street style, y sus invitados han insistido bastante en darle un twist con estilismos que rompen en mayor o menor medida con todo contexto previo. Aquí recopilamos varias ideas sencillas de aplicar para que 2025 sea el año en el que por fin te aventures a lucirla.

Pongámonos en situación: elijamos la corbata más llamativa del armario paternal, esa que incluía estampados gráficos inenarrables, pero que en algún momento de los 80 fueron un auténtico hit. A partir de su paleta cromática se puede construir un estilismo que comparta esos tonos en pequeños matices, como en este caso el gris o el rojo oscuro. A un pantalón sastre ‘oversize’ se le pueden añadir prendas y accesorios de índole deportiva. Una cazadora bomber en azul oscuro y una gorra de béisbol añaden otro toque retro, pero con un contraste que no pasa desapercibido.

Con vaqueros

Sí, los vaqueros pueden ser un buen aliado en función del resto del conjunto que elijamos. Una opción es transformar un total look en denim integrado por pantalones anchos y una cazadora oversize: una camisa blanca y una corbata en color azul maridan perfectamente con un tono de ínidigo en oscuro. La clave pasa por el tamaño del accesorio: se lleva desmedida, con un punto chirriante como las que lucía Diane Keaton en Annie Hall. El rosa bebé, tan en boga, también puede ser un buen punto de partida combinado con una chaqueta y un minibolso del mismo matiz. Unos vaqueros anchos oversize y unas zapatillas plateadas plantean una antítesis a la corbata bastante interesante.

 

En clave ladylike

La idea no es nueva, pero la corbata no solamente casa con las prendas tradicionalmente masculinas. Llevarla al otro extremo de los códigos del armario es una apuesta estética con puntos álgidos en diferentes momentos de la historia (de los trajes eduardianos al look sesentero) que también tiene cabida en 2025. Por ejemplo, una en color negro puede funcionar de repente con un vestido camisero de falda evasé en cuadros vichy. La gorra y los zapatos al tobillo con plataforma también aportan un toque nostálgico subrayado por el trench de cuadros con solapas a contraste.

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